La compañía israelí GenCell ha elaborado un informe en el que apuesta por el hidrógeno verde y el amoníaco como el futuro de la energía de respaldo en las redes de telecomunicaciones. El documento llama a apostar por estas tecnologías para reemplazar a los grupos electrógenos diésel en sitios remotos como las torres de telecomunicaciones.

Las empresas de telecomunicaciones se enfrentan actualmente a una situación difícil, provocada por la guerra de Ucrania, que ha afectado a los suministros de energía de todo el mundo y ha elevado de forma drástica los precios.

Debido a ello, y a que los impuestos al carbono y al comercio del CO2 harán que los combustibles fósiles sean más caros en el futuro, las compañías de telecomunicaciones se están apresurando a reducir sus emisiones. De hecho, muchas de estas empresas ya han firmado importantes acuerdos de compra de energía limpia.

Integración de renovables en las redes de telecomunicaciones

Las empresas de telecomunicaciones persiguen descarbonizar su infraestructura de red mediante la integración de energías renovables y sistemas de almacenamiento de energía en baterías. Sin embargo, esto a menudo no es suficiente para reemplazar completamente los grupos electrógenos diesel porque no se pueden cubrir períodos más largos de condiciones climáticas adversas, como la baja irradiación solar. Muchas torres de telecomunicaciones que están conectadas a plantas de energía solar in situ todavía dependen en gran medida de grupos electrógenos diesel.

El papel que puede desempeñar el hidrógeno

Es aquí donde el hidrógeno entra en juego. GenCell ha mejorado la tecnología de pilas de combustible alcalinas de manera que es aún más adecuada para aplicaciones estacionarias remotas. El sistema de vanguardia es altamente eficiente y puede confiar en hidrógeno industrial en lugar de hidrógeno de grado médico. Esto es muy útil cuando el hidrógeno se utiliza como combustible para transportar a instalaciones remotas de telecomunicaciones.

Como el hidrógeno es difícil de almacenar, la compañía ha agregado un craqueador de amoníaco a su solución energética, que permite convertir de forma eficiente el amoníaco en hidrógeno. De este modo, las compañías pueden confiar en el amoníaco, ampliamente disponible, para alimentar su infraestructura con precios de combustible más competitivos que el diésel.

GenCell también asegura que su solución resiste mejor las condiciones climáticas extremas. Deutsche Telekom, Vodafone ya han probado esta tecnología, al igual que Neyðarlínan, que lo ha hecho en condiciones climáticas extremas en Islandia.

Declaraciones

Rami Reshef, cofundador y CEO de GenCell, señala: «Comenzar el cambio del diesel a las celdas de combustible hará que las compañías de telecomunicaciones sean más creíbles y las posicionará como progresistas para abordar los principales desafíos, no solo para los clientes potenciales que son conscientes del medio ambiente, sino también hacia sus inversores y empleados.»

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