Según Forbes, el hidrógeno verde se convertirá en el “rey de la energía del siglo XXI”, el “nuevo petróleo”. Será la fuente de energía que impulse la economía global. No sólo está generando interés a nivel mundial, sino que tiene la posibilidad de descarbonizar sectores complicados. En ese escenario, señala la publicación, los países están preparando y formando coaliciones internacionales para posicionarse para ese futuro.


Lo hemos comentado muchas veces: el hidrógeno verde puede contribuir a alcanzar el cero neto en sectores como acero, productos químicos y transporte marítimo. Sin embargo, indica Forbes, esa transformación requiere que los precios, de la tecnología y la propia energía beben bajar.

Fredrik Mowill, director ejecutivo de Hystar, decía en Forbes:

«Necesitamos reducir las emisiones y proporcionar energía limpia, lo que requerirá nuevas inversiones en tecnología y producción de hidrógeno verde.

Si se necesita energía limpia, entonces el hidrógeno verde es una parte importante de esa transición. El dinero que fluya creará nuevos empleos, tecnologías y mercados, lo que tendrá un tremendo impacto en toda la cadena de valor. También gastaremos menos dinero en combustibles tradicionales basados en carbono”.

Futuro del mercado de hidrógeno verde

El mercado del hidrógeno verde se expandirá de aproximadamente $ 1.000 M actuales a $ 30.000 M en 2030. Así lo señala MarketsandMarkets . Los bajos precios de las energías renovables y los avances en la electrólisis impulsarán el crecimiento. Sin embargo, la falta de infraestructura de transporte y almacenamiento son grandes barreras. Y añaden desde Forbes:

“Es por eso que los países y las empresas se están asociando para construir economías de escala”.

Las ventajas del hidrógeno son diversas. Las principales, que es abundante, renovable y no contaminante. No obstante, es caro de fabricar, transportar y almacenar.

Actualmente, casi todo el hidrógeno en el mundo se produce con carbón y gas natural. Eso no ayuda a limitar las emisiones de CO2. De ahí que el objetivo es crear hidrógeno a partir de fuentes bajas en carbono. Es decir, lo que llamamos «hidrógeno verde«.

Alianzas globales

Son muchas las corporaciones y los países interesados en el hidrógeno verde.

Por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos apuntan a una participación del 25% en el mercado global de hidrógeno renovable para 2030. Está uniendo fuerzas con Alemania para ampliar su cartera.

Japón va a invertir $ 100 millones para convertir plantas de combustibles fósiles en plantas basadas en amoníaco e hidrógeno.

Mientras, Corea del Sur ha reservado 40.000 millones de dólares para ampliar su infraestructura de hidrógeno para 2040. El destino es tanto la producción, como las pilas de combustible y las estaciones de servicio.

Fredrik Mowill añade en Forbes:

«Como resultado de esta transición energética y del aumento de la inversión en hidrógeno verde, estamos viendo consorcios internacionales en Estados Unidos, Australia y Oriente Medio.

El desafío es crecer y satisfacer la demanda».

Más ejemplos. El conglomerado energético noruego Equinor está trabajando con Hystar para probar electrolizadores asociados a la energía eólica marina.

Plug Power y Fortescue Future Industries se están asociando para construir una gigafábrica en Queensland, Australia, para producir electrolizadores.

Empresas europeas y asiáticas están implementando el electrolizador de Enapter.

Hydrogen Insights 2023 dice que los fabricantes tenían 8 mil millones de dólares en electrolizadores en espera hasta octubre de 2023.

El coste del hidrógeno verde

Señala Forbes que el coste es el obstáculo. Y la escala, el objetivo.

Asimismo, que va a costar descarbonizar el acero y el transporte marítimo. Y el amoníaco verde puede ser un paso provisional para la descarbonización. Según Forbes el amoníaco es:

“Un combustible que la energía eólica y solar puede producir y que los motores tradicionales o las celdas de combustible pueden utilizar”.

Según DNV GL, la adopción generalizada del amoníaco como combustible comenzará en 2037. Se espera que represente el 25% de la mezcla de combustible marítimo para 2050. Recordemos que el transporte marítimo representa el 13% de todas las emisiones de CO2 relacionadas con el transporte. En esa línea, Samsung Heavy Industries, Lloyd’s Register y MAN Energy Solutions están desarrollando un barco con combustible de amoníaco.

El acero también es difícil de descarbonizar. Es una industria de un billón $ y produce el 7% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. La alemana Uniper se centra en producir hidrógeno a partir de fuentes verdes. Mientras, Salzgitter, un gran fabricante de acero, quiere producirlo utilizando hidrógeno verde. En este caso, Uniper está desarrollando proyectos de hidrógeno verde para convertir el amoníaco verde nuevamente en hidrógeno.

Según DNV GL:

«El hidrógeno verde procedente de la electrólisis será la principal solución a largo plazo para descarbonizar sectores difíciles de reducir».

Termina Forbes indicando que, si el hidrógeno verde alcanzara su potencial, los fabricantes podrían reducir sus costes de producción y emisiones. Eso sería muy beneficioso para todos en una economía global competitiva. Y finaliza indicando:

“Ésa es la fuerza detrás de muchas asociaciones internacionales y la razón por la que el hidrógeno verde probablemente se convierta en el rey energético de este siglo”.

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