Los Juegos Olímpicos de Tokio, más allá de los problemas de pandemia, van a mostrar al mundo la apuesta de Japón por el hidrógeno verde. El país está dispuesto a mostrar al mundo las tecnologías desarrolladas localmente, relacionadas con el hidrógeno renovable, así como el transporte con vehículos de hidrógeno. Hasta la llama olímpica ha ido trasladándose por el país alimentada con hidrógeno renovable.


El hidrógeno renovable utilizado para alimentar la llama se ha producido en una instalación recién construida en Fukushima. Recordemos que la región fue la que sufrió los efectos del terremoto y tsunami de 2011, que también generó el problema de la central nuclear.

En 2020, se inauguró en Fukushima la generación de hidrógeno renovable con un electrolizador de 10 MW y un parque solar de 20 MW. Fue gracias al consorcio formado por Toshiba, Tohoku Electric Power e Iwatani Corporation.

También esta instalación será la encargada de suministrar hidrógeno a los vehículos de la villa Olímpica: 500 Toyota MIrai y 100 autobuses para trasladar a deportistas y funcionarios.

Tras los Juegos Olímpicos

La villa olímpica de Tokio ha tenido un diseño que va mucho más allá de los Juegos Olímpicos. Es como una “ciudad de hidrógeno”. Así, no sólo vehículos, sino cafeterías, dormitorios y salas de entrenamiento utilizan H2 para calentar el agua de esas zonas.

Explica Marie Sallois, directora de desarrollo sostenible del Comité Olímpico Internacional:

“Con su inmenso alcance y visibilidad, los Juegos Olímpicos son una gran oportunidad para demostrar tecnologías que pueden ayudar a abordar desafíos actuales, como el cambio climático.

La exhibición de hidrógeno en Tokio 2020 es solo un ejemplo de cómo estos Juegos contribuirán a este objetivo”.

Después de los Juegos Olímpicos, la villa de los atletas se convertirá en alojamiento residencial. Las propiedades se conectarán a un suministro de hidrógeno renovable como alternativa al suministro de gas fósil convencional a los hogares.

Japón y el hidrógeno

La gran dependencia energética exterior es una de las causas que han dirigido al país hacia el hidrógeno. Y con mayor motivo porque la oposición a la energía nuclear, después de lo sucedido en Fukushima, es muy alta.

Además de esa dependencia, Japón también se ha fijado el objetivo de descarbonización para 2050.

Sin embargo, para alcanzar la meta de reducir dependencia y conseguir el cero neto, las cosas han de cambiar mucho. Japón llegó a ser la tercera economía mundial gracias a la industrialización basada en energías procedentes de petróleo, gas y carbón importados. Actualmente, tres cuartas partes de su energía dependen de las térmicas.

Pero su apuesta por el hidrógeno es firme y clara, eso a pesar su alto coste y la necesidad de mayor investigación. Consideran que las energías eólica y solar no son suficientes para alcanzar los objetivos. A cambio, reconocen el hidrógeno como un vector energético de futuro. Y, además, es susceptible de reemplazar los combustibles fósiles en las industrias en las que las renovables no abastecen perfectamente.

El gobierno ha invertido grandes cantidades en investigación y desarrollo de hidrógeno. Así, en su hoja de ruta, se contempla la aportación de un 10% de la energía del hidrógeno y combustibles afines para 2050. Incluso, para usos como el transporte marítimo o la producción de acero.

Evolución hacia el hidrógeno

La principal energética nipona, JERA Co., planea reducir las emisiones de carbono mezclando amoníaco, el compuesto de hidrógeno, en sus térmicas de carbón. De hecho, en mayo firmó un memorándum de acuerdo con una de las fábricas más grandes de amoníaco del mundo para el suministro.

Los conglomerados del país están buscando lugares para obtener amoníaco e hidrógeno. Las navieras como Nippon Yusen Kabushiki Kaisha están diseñando embarcaciones que funcionan con esos combustibles.

En esa línea, también el grupo de Muraki encontró que el amoníaco podía ser una solución para las centrales térmicas existentes de gas o carbón. Los ingenieros han desarrollado sistemas para que no se liberen gases de efecto invernadero a la atmósfera.

El primer transporte de hidrógeno licuado del mundo -una nave de 114 metros aproximadamente con las letras ‘LH2’ en azul y negro- está en el puerto de Kobe al sudoeste de Japón, preparándose para su viaje de prueba a Australia, más o menos a 8.900 kilómetros de distancia.

Hidrógeno de residuos

Interesante también es la instalación recién finalizada de Japan Blue Energy, accionista de Ways2H. Situada cerca de la bahía de Tokio, servirá para convertir los lodos de aguas residuales en hidrógeno renovable. Se utilizará tanto en la generación de energía, como para combustible de vehículos.

La instalación se ha desarrollado en asociación con el Gobierno Metropolitano de Tokio, Toda Corporation, Tokyu Construction, Chiyoda Kenko y la Tokio University of Science.

No sólo permitirá abastecer la creciente demanda de hidrógeno renovable, sino eliminar los residuos, de forma sostenible, para producir energía. En esa línea, también la instalación procesará plástico, papel y desechos sólidos que, tras convertirlos en gas, permitirán la extracción de hidrógeno puro.

Ways2H cuenta con un sistema patentado que extrae hidrógeno de los desechos sin recurrir a la incineración. La compañía aplica un proceso termoquímico avanzado para convertir biomasa residual en hidrógeno renovable.

Las ventajas del hidrógeno

La dependencia de Japón de China, para cuestiones energéticas, es una preocupación en el país nipón. Sólo hay que señalar que el 80% de los paneles solares llega de China. Además, y según la IEA, el hidrógeno va a ser vital si se quiere llegar al cero neto en 2050.

El hidrógeno tiene ventajas clave:

  • Se puede utilizar en versiones modificadas de las centrales de energía existentes y otras maquinarias diseñadas para funcionar con carbón, gas o petróleo. Eso ayudará a que los países eviten desechar miles de millones de dólares de bienes patrimoniales a medida que se desplazan hacia un futuro de nueva energía.
  • Igualmente, se puede almacenar y utilizar en celdas de combustible, las que acumulan más energía en la misma cantidad de espacio que las baterías eléctricas. Eso hace que el hidrógeno sea más apropiado para aviones o barcos que tienen que llevar suministros de energía por largas distancias.
  • Otra ventaja es que el hidrógeno es una tecnología en la que Japón puede tomar la delantera y reducir la dependencia de China, que está surgiendo como una importante potencia de energía alternativa, y el mayor proveedor de paneles solares y baterías eléctricas del mundo.

FUENTES: EnergyNews. Europa Press. Acera. Periódico de la Energía.