Aqualia, empresa especializada en la gestión del ciclo integral del agua, ha sido seleccionada para liderar dos proyectos de obtención de hidrógeno verde. Ambas iniciativas son subvencionadas por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y cuentan con el apoyo del Ministerio de Ciencia e Innovación a cargo de los fondos ‘Next Generation. Su puesta en marcha creará empleo directo para 145 personas.

El primero de estos proyectos recibe el nombre de «Eclosion» y tiene por objetivo la creación de nuevos materiales, tecnologías y procesos para la generación almacenamiento, transporte e integración de hidrógeno renovable y biometano, generados a partir de biorresiduos urbanos, agroalimentarios y lodos de depuradora. Esta iniciativa está impulsada por un consorcio de otras siete empresas: FCC Medio Ambiente, CADE, Ghenova, Ariema Enerxia, H2B2, Idecal y MindCaps, lideradas por Aqualia.

Como parte de este proyecto, también se desarrollarán herramientas de optimización energética, diseñando sistemas energéticos de origen a punto de consumo ecoeficientes, flexibles e inteligentes.

La investigación se llevará a cabo en laboratorios e infraestructuras especialmente equipadas de los organismos de investigación y en cuatro centros de desarrollo, el Centro de Tratamiento de Residuos de Valladolid, gestionado por FCC Medio Ambiente; y las plantas depuradoras de Salamanca, Lleida y Jerez de la Frontera, las tres gestionadas por Aqualia.

Tanto «Eclosion» como el segundo proyecto, «Zeppelin» tratarán de buscar nuevos modelos de producción de hidrógeno verde complementarios a la electrólisis con energías renovables, desvinculados del uso de agua de alta calidad e integrados en un modelo energético sin emisiones bajo los principios de la digitalización y la economía circular.

Objetivos de hidrógeno verde de Castilla y León

La comunidad tiene el objetivo de instalar una potencia de 200 MW de producción de hidrógeno verde antes de 2030.

La apuesta por el hidrógeno verde forma parte de la Estrategia Energética de Castilla y León 2030, que establece una reducción del 40% del consumo de energía primaria respecto a 1990. También contempla reducir un 23,22% el uso de gas natural respecto al mismo año, el aumento de un 9,6% del uso de renovables y la puesta en marcha de proyectos relacionados con el hidrógeno.

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