Extremadura está dando los primeros pasos hacia un cambio profundo en su modelo energético. La comunidad autónoma extremeña se ha propuesto diseñar un Plan Estratégico para el hidrógeno verde que esté listo en unos cuatro meses. ¿El objetivo? Crear las condiciones adecuadas para que esta fuente de energía renovable pase de ser una promesa a convertirse en una opción real y rentable, tanto para las empresas locales como para aquellas que miran hacia el oeste peninsular con interés.
La creación de este plan se ha visto impulsada por la reciente constitución de una mesa de trabajo específica y el arranque de un proceso participativo de gran envergadura. En paralelo, se estudia también una estrategia similar para el biogás, otra fuente energética renovable que podría diversificar aún más la economía regional y atraer nuevas inversiones.
La falta de un plan estratégico hasta ahora ha sorprendido a quienes conocen el potencial de Extremadura para liderar el desarrollo del hidrógeno verde. «De la misma manera que un territorio que encontrase petróleo décadas atrás tenía que buscar quién haría los coches, el objetivo es que Extremadura, que tiene un gran potencial en hidrógeno verde, cuente con compañías interesadas en trabajar con esta tecnología», afirma Vicente Sánchez, presidente del Clúster Extremeño de la Energía.
Imagen: Junta de Extremadura
La idea es ir mucho más allá de los discursos institucionales. En las próximas semanas, la mesa de trabajo impulsará propuestas concretas que marquen una diferencia y generen un marco de confianza para los sectores interesados. Esto incluye facilitar trámites, prever ayudas públicas y diseñar un entorno normativo que impulse la inversión sin fricciones.
El proceso también busca enviar una señal clara al tejido empresarial: Extremadura quiere liderar y está dispuesta a colaborar. Para ello, la implicación de la Junta de Extremadura será clave. No sólo se trata de apoyar con financiación, también de acompañar técnicamente y coordinar esfuerzos entre administraciones, clústeres industriales y municipios. Además, el clúster apuesta por replicar este modelo con el biogás, dada la creciente demanda de soluciones energéticas alternativas, lo que podría consolidar a Extremadura como un punto neurálgico para la transición ecológica del país.
Paralelamente, ya ha comenzado el despliegue del Plan Conceptual de Participación Pública (PCPP) vinculado a la red troncal del hidrógeno verde. La presidenta extremeña, María Guardiola, y el CEO de Enagás, Arturo Gonzalo, presentaron el plan que recorrerá 51 municipios entre Cáceres y Badajoz, con 28 encuentros públicos entre el 3 de junio y el 11 de julio.
Los cuatro nuevos proyectos de hidrógeno verde de DH2 Energy en Extremadura
Esta red contará con unos 400 kilómetros de hidroductos en Extremadura. Tres serán sus grandes tramos: uno que irá desde Huelva hasta Mérida (105 km), otro desde Mérida hasta Salamanca (180 km), y un tercero entre Almendralejo y Puertollano (115 km). La infraestructura se integra en el Eje Vía de la Plata, lo que permitirá interconectar comunidades autónomas y facilitar el transporte del hidrógeno desde los centros de producción hasta los puntos de consumo.
Este es el mayor despliegue participativo sobre energía verde que se ha hecho en España hasta la fecha, y forma parte de una iniciativa nacional que tocará más de 550 municipios en 13 comunidades. La apuesta no es sólo técnica o económica, también social. Se quiere escuchar a la ciudadanía, resolver dudas y minimizar impactos.
El componente social es la clave en el proceso. El PCPP pretende recoger opiniones y propuestas de vecinos, colectivos, administraciones y empresas. Se trata de construir el futuro energético contando con quienes vivirán sus consecuencias, desde una fase muy temprana. La duración estimada del proceso es de 18 meses, y culminará con un informe que recoja todas las aportaciones recibidas
Cada municipio contará con un punto de información y sesiones abiertas al público, para que cualquier persona pueda entender el proyecto, expresar inquietudes o proponer mejoras. Este enfoque busca crear consenso, garantizar transparencia y fomentar el sentido de pertenencia a una iniciativa que, por sus dimensiones, transformará el territorio.
En el fondo, el mensaje es claro: Extremadura no quiere ser sólo un lugar por donde pase la energía. También quiere convertirse en un agente protagonista de su producción, desarrollo y uso responsable. Es una oportunidad para generar empleo, diversificar la economía y reducir la dependencia de combustibles fósiles.
El reto está en coordinar intereses, convertir promesas en acciones concretas y abrir las puertas al talento y la innovación. Con voluntad política, implicación empresarial y participación ciudadana, Extremadura puede situarse a la vanguardia de la transición energética en España.
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